La
Quinina es un fármaco obtenido de la corteza del quino (árbol
chinchona o quina). Nuestros hermanos nativos sudamericanos acostumbraban a usar esta "
corteza peruana" para tratar el paludismo, y transmitieron esos conocimientos a los jesuitas que llegaron a América con la ocupación de los españoles. Dicho uso quedó documentado por 1º vez en una carta de 1630. En 1819 F.F.
Runge descubre el alcaloide quinina y al año siguiente
Pierre Joseph Pelletier (quien en otra ocasión también aisló la atropina y la estricnina) y
Joseph Bienaimé Caventou logran obtenerla pura. En 1869 el profesor de clínica
Bernhard Naunyn (uno de los fundadores en 1873 de la 1º revista dedicada a la farmacología "
Archiv für experimentelle Pathologie und Pharmakologie"
) realiza experimentos con quinina en animales . En 1914 K.F.
Wenkebach (
… el del nódulo) demuestra su acción terapéutica en la arritmia cardíaca.
1926: La quinina comienza a perder su hegemonía de siglos en el tratamiento de la malaria pues P.
Mühlens et cols. descubren el 1º fármaco sintético usado para el mismo fin: la
pamaquina (
Plasmoquina ®) ; y fue W.
Roehl en 1929 quien la pone al corriente del uso clínico.
En 1932 F.
Mietzsch (quien también sintetizara la 1º
sulfa:
Prontosil ®) y H.
Mauss sintetizan la
mepracrina (
Atebrina ®) y ese mismo año W.
Kikut, F.
Sioli y F.M.
Peter la introducen en el tratamiento habitual.
En tiempos de la 2º Guerra Mundial la quinina
prácticamente entra en desuso siendo desplazada por drogas mas modernas, aun así debido a la resistencia del protozoario
malárico a estas, la quinina a tenido que ser empleada nuevamente en casos específicos.
Sin dudas es la droga que mejores resultado a dado a través de la historia . Es
gametocida para el
P.Vivax y el
P. Malariae pero no así para el
falciparum. Evita la
sintomatología aguda de la malaria pero no así sus recidivas.
Solía emplearse en el tratamiento de la
gripe con notables resultados. Su presentación
farmacológica era en forma de
bromhidrato (
Diquegrip ®) o sulfato (
Bio- Grip ®, etc.). También en la
Fiebre tifoidea y la
Neumonía.
En la actualidad su uso está limitado para la terapéutica de los calambres nocturnos.
Las altas dosis produce
cinconismo:
Tinnitus, cefalea, nauseas y
perturbación de la visión y la audición.